Aportando nuestro granito de arena, creamos un impacto muy importante en las personas que más lo necesitan, y lo que recibimos a cambio es algo de valor incalculable. — Pilar
¡Hola! Soy Pilar, voluntaria europea en Rennes (Francia). He realizado un voluntariado de doce meses en la asociación Petits Frères des Pauvres, a través del Cuerpo Europeo de Solidaridad. Antes de nada quería agradecer la labor de la Red Internacional B-LIVE, mi asociación de envío, por haberme asesorado durante toda mi estancia en Francia. Desde el principio, Laura y Georgia se mostraron muy dispuestas a ayudarme con cualquier trámite y me explicaron cuál sería mi labor en esta nueva etapa (derechos y compromiso como voluntaria, instrucciones con el seguro médico, nociones sobre el Youthpass, seminarios, etc.). Hemos tenido reuniones mensuales que me han hecho sentir muy acompañada a lo largo de todo el proceso, y hemos mantenido un trato continuo y muy cercano que, por lo que he podido comprobar, no muchas asociaciones de envío suelen tener. ¡Mil gracias a las dos! Mi principal misión en el voluntariado ha sido acompañar a personas mayores para favorecer su inclusión social y digital, dinamizando talleres con cascos de realidad virtual, tablets, smartphones… También he podido desarrollar todo tipo de actividades dando rienda suelta a mi creatividad, a través de la pintura, la música, el teatro, juegos de mesa y comidas internacionales. A lo largo del año, he llevado a cabo varios proyectos de comunicación (una revista de voluntarios, contenido para las redes sociales, un dossier personal sobre la vida de una superviviente del genocidio camboyano a la que visitaba regularmente…). En el mes de septiembre, me fui de vacaciones con un grupo de personas mayores y otros voluntarios de la asociación a un castillo en Borgoña, y creé lazos muy estrechos con la mayoría de ellos. Destacaría igualmente la semana del seminario a la llegada, momento clave para conocer a otros voluntarios europeos y compartir juntos una experiencia inolvidable. Ha sido un año muy diferente a todo lo que había puesto en práctica anteriormente en mi vida, y es sin duda una experiencia que recomiendo a cualquier persona dispuesta a lanzarse a la aventura. El voluntariado europeo es una oportunidad única para reinventarse y poco a poco descubrir qué hacer en el futuro. Aportando nuestro granito de arena, creamos un impacto muy importante en las personas que más lo necesitan, y lo que recibimos a cambio es algo de valor incalculable.